Fantasmas (15)
2018ago
Realmente unos fantasmas, cada uno en su perfil, idiosincrasia y peculiaridad.
Narcisista patán, elitista ridículo; narcisista delegada supletoria, cicloide (que pasaba del estado niña de 4 años a la posición hierática autoritaria, de la tontería a la contundencia); cínica maquiavélica tergiversadora; carroñero engreído prepotente; sádica aniquilante despiadada; cínica pamplinera; dependiente infiel; compulsiva ridícula.
Están los otros dependientes que se alinean al poder, que reniegan de sí en aras de un proyecto, pero desde una posición en la que el fin justifica los medios, donde la lealtad al narcisista se configura como núcleo articular, de modo que se establece la ley del trascender, "ir más allá", teniendo que comprender-justificar lo intolerable. Son los dependientes consagrados (tal cual, fieles a la causa y sobre todo al causante).
Aquellos que, lejos de la casta, se unen inteligentemente a las estructuras de poder. El recién llegado que acompaña a la nueva coordinadora, para ejercer la obediencia milgraniana, sin pestañear, contra un compañero, que anda descarriado, proscrito, que es expulsado por indigno, pecador contra dios narciso. Evidentemente, el leal guardián, es elegido y llevado a la cima de uno de los territorios. Del mismo modo que la fiel cínica fuera llevada a otro de sus reinos. Todos tienen su lugar. Lo encuentran.
Qué actitud más podrida se observa en aquellas jornadas 2017. ¡Qué prepotencia, narcisismo, altivez!, a la vez que desconexión, desafección, des realización. Qué curioso. Si hablásemos de las bases-orígenes de la locura, veríamos las promociones internas, "porque has sido fiel". Y, a los diez años, datazo, el único de la región que presenta una ponencia en un Congreso Europeo. Eso explicaría esa arrogancia, altivez, prepotencia desapegada. Son predecibles, hasta niveles insospechados. "Te prometo que pronto entrarás a formar parte de la élite, la casta".
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