Entender (11)
2018jul
A nosotros lo que nos interesa es generar manuales descriptivo operativos que ayuden a comprender y manejar problemáticas específicas. Por ello nuestro enfoque es teórico práctico. Es evidente que al hacer un esfuerzo divulgador basado en la ayuda lo conceptual y técnico se hace más comprensible y accesible.
Hablamos de Teorías Generales de problemas específicos, como núcleo articular. Nuestro enfoque es global (en línea integral), pero en el abordaje de dificultades específicas es importante disponer de una teoría y técnica bien articuladas para su resolución.
Partiendo de la idea-principio general de que «en la medida en que comprendemos manejamos»; de que el puro hecho de la comprensión supone una modificación radical en el afrontamiento; de que comprender y formular el problema es el 50% (o muchísimo más) de la solución. Dedicar tiempo a entender es esencial.
Es más, sabemos que al profundizar en la comprensión, es decir en el análisis fenomenológico, se genera la captación de líneas de funcionamiento, así como de linealidades estratégicas de acción. Al disponer de mapas teóricos explicativo descriptivos vamos viendo la realidad, con lo que esto supone de autodistanciamiento, y de metacognición (Frankl y Teoría Cognitiva).
Entender lo que está pasando es un paso radical paradigmático. De hecho, a veces, puede ser que se resuelvan los problemas por pura comprensión dinamizadora, pues al comprenderlos se producen modificaciones radicales tanto en la actitud interna, en el enfoque, en cómo nos situamos ante esa realidad, en la perspectiva evolutiva del cambio (conscienciación-motivación-decisiones-capacitación-preparación-actuación-resolución-mantenimiento-mejora-aprendizaje-desarrollo).
Si vamos más allá, se pueden dar cambios en la modificación práxica, disponer de modelos de acción, operativo-funcionales, pensar la acción, disponer de descripciones sobre el cambio, los procesos, las estrategias-medidas-técnicas-herramientas. Estaríamos en el campo de la capacitación (saber-pensar qué, cómo, quién-cuándo-dónde).
Es evidente que la esencia es resolver, pero eso no depende solo de uno mismo, sino de los otros implicados.
A veces resolver es no hacer nada. Para protegerse, para no movilizar en contra —el primero que se mueva pierde—; no dar información, pues la información es poder, que no sepan qué vas a hacer, con quién estás hablando, cuáles son tus planes, etc.; o no acción como expresión de tontería o muerte —aquí no hay carnaza—; no acción como estrategia nuclear (Gandhi), o escapar (Cyrulnik 2016).
Sin duda, reflexionar sobre experiencias de otros y sobre otras fuentes es muy iluminador (más que ilustrativo). El arte de la guerra; Vencer sin combatir; Estrategia (Los grandes líderes militares); La Guerra de la Inteligencia; comprensión de la Dinámica de Grupo en relación a la defensa de ideas-filosofías-estilos (Jesús, Gandhi, Luther King, Juana de Arco, Ellacuría, Romero, etc.).
¿Qué hacer, qué no hacer? En función de qué está pasando, cuáles son los riegos, cuáles los fines.
Defender derechos sí, pero por la vía de levare, constructiva, inteligente.
En una sociedad-institución-organización enferma, deteriorada, mal forjada, podrida, no hay nada que hacer ("coge tus sandalias y vete", que hay mucha mies, mucho monte que desbrozar, de lo que se puede vivir dignamente).
Cómo vamos a permanecer en una entidad enferma aniquilante para ser reconocidos. Sí, es un derecho, pero exiliémonos y, desde fuera, trabajemos en una Resistencia Activa, denunciando por el ser y la acción. Cómo vamos a cambiar al capo asesino del campo de exterminio, que nos pegará el tiro de gracia por hablar, contradecir, razonar. ¿Quieres hacer razonar al inconsciente, movido por razones de la dinámica de la maldad, de la de la sociopatía, formando parte del engranaje destructor? Ahí, callar. Acaso los millones y millones de judíos y otros asesinados sirvieron para algo, o ¿no vemos los actuales exterminios? Puede que sí sirviese para los supervivientes, de hecho grandes obras, grandes genios, pero, sobrevivieron por adaptarse, callarse, aguantar y algunos por casualidad, suerte, azar (Frankl, Cyrulnik). Algunos seguro que por inteligencia social-individual.
Hablamos de Teorías Generales de problemas específicos, como núcleo articular. Nuestro enfoque es global (en línea integral), pero en el abordaje de dificultades específicas es importante disponer de una teoría y técnica bien articuladas para su resolución.
Partiendo de la idea-principio general de que «en la medida en que comprendemos manejamos»; de que el puro hecho de la comprensión supone una modificación radical en el afrontamiento; de que comprender y formular el problema es el 50% (o muchísimo más) de la solución. Dedicar tiempo a entender es esencial.
Es más, sabemos que al profundizar en la comprensión, es decir en el análisis fenomenológico, se genera la captación de líneas de funcionamiento, así como de linealidades estratégicas de acción. Al disponer de mapas teóricos explicativo descriptivos vamos viendo la realidad, con lo que esto supone de autodistanciamiento, y de metacognición (Frankl y Teoría Cognitiva).
Entender lo que está pasando es un paso radical paradigmático. De hecho, a veces, puede ser que se resuelvan los problemas por pura comprensión dinamizadora, pues al comprenderlos se producen modificaciones radicales tanto en la actitud interna, en el enfoque, en cómo nos situamos ante esa realidad, en la perspectiva evolutiva del cambio (conscienciación-motivación-decisiones-capacitación-preparación-actuación-resolución-mantenimiento-mejora-aprendizaje-desarrollo).
Si vamos más allá, se pueden dar cambios en la modificación práxica, disponer de modelos de acción, operativo-funcionales, pensar la acción, disponer de descripciones sobre el cambio, los procesos, las estrategias-medidas-técnicas-herramientas. Estaríamos en el campo de la capacitación (saber-pensar qué, cómo, quién-cuándo-dónde).
Es evidente que la esencia es resolver, pero eso no depende solo de uno mismo, sino de los otros implicados.
A veces resolver es no hacer nada. Para protegerse, para no movilizar en contra —el primero que se mueva pierde—; no dar información, pues la información es poder, que no sepan qué vas a hacer, con quién estás hablando, cuáles son tus planes, etc.; o no acción como expresión de tontería o muerte —aquí no hay carnaza—; no acción como estrategia nuclear (Gandhi), o escapar (Cyrulnik 2016).
Sin duda, reflexionar sobre experiencias de otros y sobre otras fuentes es muy iluminador (más que ilustrativo). El arte de la guerra; Vencer sin combatir; Estrategia (Los grandes líderes militares); La Guerra de la Inteligencia; comprensión de la Dinámica de Grupo en relación a la defensa de ideas-filosofías-estilos (Jesús, Gandhi, Luther King, Juana de Arco, Ellacuría, Romero, etc.).
¿Qué hacer, qué no hacer? En función de qué está pasando, cuáles son los riegos, cuáles los fines.
Defender derechos sí, pero por la vía de levare, constructiva, inteligente.
En una sociedad-institución-organización enferma, deteriorada, mal forjada, podrida, no hay nada que hacer ("coge tus sandalias y vete", que hay mucha mies, mucho monte que desbrozar, de lo que se puede vivir dignamente).
Cómo vamos a permanecer en una entidad enferma aniquilante para ser reconocidos. Sí, es un derecho, pero exiliémonos y, desde fuera, trabajemos en una Resistencia Activa, denunciando por el ser y la acción. Cómo vamos a cambiar al capo asesino del campo de exterminio, que nos pegará el tiro de gracia por hablar, contradecir, razonar. ¿Quieres hacer razonar al inconsciente, movido por razones de la dinámica de la maldad, de la de la sociopatía, formando parte del engranaje destructor? Ahí, callar. Acaso los millones y millones de judíos y otros asesinados sirvieron para algo, o ¿no vemos los actuales exterminios? Puede que sí sirviese para los supervivientes, de hecho grandes obras, grandes genios, pero, sobrevivieron por adaptarse, callarse, aguantar y algunos por casualidad, suerte, azar (Frankl, Cyrulnik). Algunos seguro que por inteligencia social-individual.
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